Víctor Ochoa Sierra nace en Madrid el 11 de enero de 1954.
Su padre José Antonio Ochoa Fernández-Alameda (1924-1990). Asturiano, Ingeniero naval y Marino. Su madre Margarita Sierra Nava (1933-2021) Guipuzcoana.
Es el mayor de sus ocho hermanos: Luis, Carlos, Marta, Severo, María, Javier, Margarita y Álvaro,
Padre de tres hijos: Christina, Lucía y Alfonso.
Pasa su infancia en Cartagena, Barcelona y Vizcaya. E
l Bachillerato lo realiza en Bilbao y en 1979 finaliza la Carrera de Arquitectura en Madrid, colaborando en el estudio familiar.
Se embarca con una beca de dibujante naturalista hacia Galápagos pero quiebra ese destino por Venezuela (Apure) y territorio Amazonas. Posteriormente reside en Madrid, Londres, París, Nueva York y Barcelona donde inicia Bellas Artes en 1981.
Descubre la escultura y se dedica plenamente a ella, compartida con proyectos monumentales y ensayos. El nexo de unión de todo su trabajo son los cuadernos de notas o cuadernos de viaje. (Jungla, Italia, N.Y., Kuwait y Emiratos, Galápagos, Kenia, Pascua, La India, Atacama, Iguazú, Machu Pichu, China, Patagonia, Bangkok...).
Sus obras de carácter religioso son puntuales: una Virgen para una capilla (2002), una Última Cena para Las Edades del Hombre (2014), un proyecto para un Sagrado Corazón Monumental (2022) y Resurrectio (2024).
De su currículum artístico podemos mencionar, durante las cuatro décadas que lleva trabajando sobre la figura humana, obras en bronce de gran tamaño como El Zulo (Cartagena). 200 (Valdepeñas). Minotauro (Jerez), Don Juan (Madrid), Jonás (Castellón), Kraus (Las Palmas) y monumentales como Balla-já, Baldorioty, Leones (Puerto Rico), Fragua de Vulcano, L.F.C (Ecuador) o de homenaje a Premios Nobel: Severo Ochoa, Ramón y Cajal, Camilo José Cela, Vargas Llosa y personalidades de la cultura y el arte: Thyssen, Goya, Cambó, Margarita Salas, Sabino F. Campo y de aquellos especialmente representativos como Alfonso XIII, Juan Carlos I, Felipe VI. Y de nuestro patrimonio cultural como el mausoleo de Paquirri y la emblemática Lola.
Los últimos años ha ensayado con materiales sintéticos y de impresión en 3D, en armonía con la digitalización de sus modelos y la utilización de esmaltes y colores, para actualizar las técnicas tradicionales y ancestrales de materiales nobles, madera, fundición de metales varios y piedra y la exposición de dichos trabajos, lo que posibilita proponer proyectos de unas dimensiones enormes y visualizarlos de antemano, lo que le macla con la arquitectura y el convertirlos en visitables. Y en esa línea están Atlante, Sirena, Árbol de sueños... en gestación.
La ópera ha sido también espacio de ensayo, como la escenografía de Elektra
Ópera de Montreal) y que las obras se concreten en combinación con la luz y la música, generando un espectáculo.
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